domingo, 23 de octubre de 2011

LA NIÑA QUE CUALQUIERA HUBIERA QUERIDO TENER

   Plaza de Aragón, 13. Cartas para el 1ºC y 2ºA, que meto en los buzones. Paquete para los del 3ºC. Baja la vecina del 3ºC a recogerlo y me firma. Plaza de Aragón, 14. Carta para el 4ºA. La deposito en el buzón. Plaza de Aragón, 15. Carta para el 1ºB. Celia Hernández baja las escaleras de dos en dos, sin darme tiempo a tocar el timbre. Buenos días, Vidal –canturrea-, ¿hay algo para mí? Espera que le diga que sí. Se lo noto en los ojos ilusionados. Hace cuatro días que no recibe ninguna carta. Hoy sí tiene una. Es él otra vez. Caligrafía inglesa pulcra y cuidada. Jambas perfectas, puntos redondos sobre las íes. Extiende la mano y la recoge. Tiemblan sus dedos. Se sienta en las escaleras y la abre despacito. Hasta luego, Celia. Espero que sean buenas noticias. Sonríe como si el mundo acabara de perdonarle la vida. ¡¡Muy buenas, gracias!! Plaza de Aragón, 16. Paquete certificado para el 1ºA. Regina López. Espero. No hay nadie. Le dejo el resguardo de aviso. Tendrá que ir a recogerlo a Correos.

      Plaza de Aragón, 12. Cartas para el 2ºC y 1ºB, que meto en el buzón. Baja la vecina del 2ºC a recogerlo y me firma. Plaza de Aragón, 13. No hay correspondencia. Plaza de Aragón, 14. Cartas para el 3ºA y el 4ºB. Las deposito en el buzón. Plaza de Aragón, 15. Cartas para el 1ºB,  3ºA, 3ºB y 2ºC. Celia Hernández baja las escaleras de dos en dos, sin darme tiempo a tocar el timbre. Buenos días, Vidal –canturrea-, ¿hay algo para mí? Pongo la carta en sus manos. Caligrafía inglesa pulcra y cuidada. Jambas perfectas, puntos redondos sobre las íes. Se sienta en las escaleras y la abre despacito. El mundo, definitivamente, acaba de perdonarle la vida. Ella sonríe. Hasta luego, Celia. Espero que sean buenas noticias. Sonríe. ¡¡Muy buenas, gracias!! Sonrío yo también. Es usted mi cartero preferido, Vidal. Siempre me trae cartas que me alegran el día. La carta es de él otra vez. Caligrafía inglesa pulcra y cuidada. Jambas perfectas, puntos redondos sobre las íes. Ella sacude alegremente su melena azulada y aparta un mechón rebelde detrás de la oreja. Está llena de luz. Nadie sonríe como ella sonríe. Nadie extiende la mano con tanta alegría como ella para recibir una carta. Nadie me habla con esa cortesía, que más que amabilidad, es afecto hacia mí. Es la niña que cualquiera querría haber tenido. La que hubiera querido tener yo de haber podido. Le voy a echar de menos en octubre, cuando vuelva a la universidad. Allí ya no recibiré tantas cartas. El mundo acaba de perdonarle la vida y se vuelve hacia mí con la magnanimidad de una reina hacia un súbdito querido. Sé, pues, que debo retirarme. Ella acaba de desplegar el mapa-carta de su isla.

   Plaza de Aragón, 11. No hay correspondencia. Plaza de Aragón, 12. Carta para el 6ºB y el 4ºC. Plaza de Aragón, 13. No hay correspondencia. Plaza de Aragón, 14. Facturas para el 2ºA. Plaza de Aragón, 15. No hay correspondencia. Buenos días, Celia. Me mira y niego con un gesto. No contesta. Se vuelve sin decir nada y comienza a subir las escaleras. Su melena lisa y azulada es un manto de duelo sobre los hombros. Hace dos semanas que él no le ha escrito. Se estira las mangas del jersey y esconde sus manos para que yo no las vea. Si formo un círculo con el pulgar y el índice podría sujetar su muñeca y posiblemente me sobraría. Tiene ojeras. No se ha cambiado de chándal desde hace varios días. El pantalón se le ha quedado holgado. Es la niña que cualquiera hubiera querido tener. Amable, estudiosa, buena alumna. Una niña como la que yo hubiera querido tener con María, tan pronto que se fue, ni tiempo hubo para hijos. Vamos, Celia. Seguro que mañana tienes carta. No menciono de quién. Ella sabe que no hace falta. Seguro, Vidal. Que tenga un buen día. Creo que ni siquiera le he dado los buenos días. Lo siento.

   Plaza de Aragón, 10. Carta para el 4ºA. Plaza de Aragón, 11. Cartas para el 3ºA, el 1ºC y el 5ºC. Plaza de Aragón, 12. No hay correspondencia. Plaza de Aragón, 13. No hay correspondencia. Plaza de Aragón, 14. Cartas para el 2ºB y el 3ºA. Plaza Aragón, 15. Cartas para el 1ºB, 4ºB y 4ºC. Paquete para el 3ºB. Buenos días, Vidal. La niña que cualquiera hubiera querido tener extiende la mano lentamente, con un cansancio del otro lado del tiempo, y pongo un paquete plano, tamaño cuartilla, en sus manos. Es él otra vez. Caligrafía inglesa pulcra y cuidada. Jambas perfectas, puntos redondos sobre las íes. Tienes que firmarme, Celia. Coge mi bolígrafo y empieza a firmar. La niña que cualquiera hubiera querido tener sonríe ilusionada mientras firma. Está cansada. Ha cambiado de pantalón, hoy lleva otro, dos tallas más pequeño. Le sigue estando holgado. Esconde las manos en las mangas de la chaqueta, para que yo no las vea. Podría coger su muñeca de gorrión entre mi dedo índice y mi dedo pulgar y aún sobraría espacio. Firma lentamente. Mientras lo hace, intento tragar la pelota de tenis que crece en mi garganta. La niña que cualquiera hubiera querido tener, la que yo hubiera tenido con María, tiene una pulcra y cuidada caligrafía inglesa. Jambas perfectas, puntos redondos sobre las íes. Hasta luego, Celia, que tengas un buen día.  Me sonríe. Usted también, Vidal. Plaza de Aragón, 16. Carta para el 2ºA. Enrique Hernández. Buenos días, Vidal. Señala al portal de al lado. ¿La ha visto hoy? Como siga así, no durará mucho. Ahora, hasta le ha dado por mandarse cartas a sí misma. Asiento. Le digo que es terrible. Enrique Hernández tiene razón. La niña de los ojos de sombra, la que cualquiera hubiera querido tener, la que yo hubiera podido tener con María, pobre María, ¡tan joven y tan buena!, tal vez coma hoy, que ha recibido un paquete de su chico. Plaza de Aragón, 17. No hay correspondencia

  

1 comentario:

  1. Un cuento que tiene un ritmo que impresiona, como impacta la historia que cuenta, tremenda historia de soledad y de afecto en la sombra. Emociona y sorprende su contenido humano y, también, el esquema narrativo. Un abrazo muy fuerte.

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