No quiero que te preocupes. Pertenezco a esa clase de mujeres cuya fuerza nace de su debilidad. Es por eso que acorazo mi alma. Como un luchador ante una batalla, lustro mi armadura de coraje, empuño mi espada de luz. No busco eliminar a mi oponente. Sólo es alguien que no piensa igual que yo y, a fin de cuentas, también tiene su parte de razón, aunque sus argumentos se opongan a los míos. Únicamente me dispongo a parar su ataque, a no resultar herida por su espada.
No. No te preocupes. No voy a odiarte. Sólo eres alguien que piensa de forma diferente.
No. No te preocupes. No voy a odiarte. Sólo eres alguien que piensa de forma diferente.
La diferencia, inevitable, para coexistir y convivir. Sin la diferencia no veríamos ni al que aparece en el espejo donde nos miramos.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy cierto, Bocanegra. Que tengas un buen día.
ResponderEliminarUn abrazo
Buen texto, Blanca, no hay que eliminar a nadie, pero hay que defenderse con la luz de las palabras y la coraza de la sabiduría aprendida. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQué bueno Blanca, te veo en el trabajo y ahora quí...milagros de tecnología!! Bonito bonito el texto que nos has regalado.
ResponderEliminarbesos mil