sábado, 29 de octubre de 2011

ENID BLYTON

   Esta mañana, en el Metro de Madrid, he visto a una joven de unos treinta años con un libro. Dirán que no es nada extraño y estoy de acuerdo. Muchas personas aprovechan su breve viaje para disfrutar de una buena novela, o de un periódico.
   Ella se agarraba a la barra con una mano y con la otra sujetaba un libro. Le he dicho que llevaba el bolso abierto, que tuviera cuidado y me ha sonreído. "Grasias", ha dicho con acento extranjero. Y ha seguido absorta en la lectura. Cuando alguien se ha levantado, ella ha ocupado el asiento enfrente de mí. Me gusta tanto leer que entiendo la atracción que ejerce un libro en quien es incapaz de cerrar los ojos y las hojas, porque necesita "saber" qué va a pasar. Ella leía y yo la miraba leer. He conseguido ver el autor: Enid Blyton. Era un libro de "Los cinco". Viejísimo y desgastado de tanto leerlo, que es como deberían ser todos los libros emocionantes.
   He recordado cuando yo también leía los libros de Blyton con el mismo interés que la joven del Metro. Cuando ponía una toalla en el suelo para tapar la rendija de la puerta y que no me delatara la luz. Cuando me dedicaba a devorar libros hasta la madrugada.
  He imaginado que seguramente se lo habría prestado su profesora de español. Alguien que también se enamoró hace años de los libros de aventuras y pasó miles de horas resolviendo misterios de la mano de sus personajes favoritos.
  Querida Enid: sé que a los sesudos críticos tus libros les resultan facilones. Pero se olvidan de que muchos de los que andamos enganchados a la lectura para el resto de nuestras vidas no solamente se lo debemos a los libros de aventuras de Dumas, Salgari, Verne... que leímos de pequeños, sino también a ti.
  La joven del Metro tenía los ojos negros, enormes, que se abrían con asombro mientras leía. Ese libro con el que está aprendiendo a leer en español es uno de tus libros de "Los cinco". Muchas de las palabras nuevas que aprenda hoy te las deberá a ti, Blyton. Larga vida a tus libros.

2 comentarios:

  1. Vivir la lectura es como atravesar el mundo entero en una página. Al ver a la chica que leía, seguramente atravesaste las puertas de las horas en que leíste hasta caer de sueño. Ahora yo leo lo que has escrito, sabiendo que estoy a muchos kilómetros de distancia, y sin embargo, separado tan sólo por un parpadeo.

    Abrazos

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  2. Tienes razón. La de mundos que puede encerrar un solo libro.
    Un abrazo.

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