Han pasado tres años y estoy como al principio,
como cuando te fuiste y me dejaste solo
y por más que me esfuerzo en olvidarte
no puedo hacerlo
y el corazón me duele como el primer día…
Y estoy viendo la TV y películas en vídeo,
estoy leyendo libros…,
y no puedo, no puedo,
y pongo música y lloro, y te recuerdo,
y no puedo, no puedo,
porque estás en mis centros.
Y te quiero desesperadamente, y revivo
aquellos días felices en que nos conocimos
y te veo como entonces, como siempre, en mis ojos
con tu bella sonrisa y tu mirar sereno,
porque estás en mis centros,
aunque la vida pase,
y los días transcurran y los años se vayan
y no puedo olvidarte y daría mi vida
por tenerte a mi lado como un día cualquiera
de los cuarenta años que juntos nos tuvimos
y no pasaba nada, pero estábamos juntos,
y podía besarte y cogerte las manos
y acariciar tu rostro y ceñir tu cintura
y oír tu voz y tener tu mirada
y vivir sin saber lo felices que éramos.
Tengo que decirlo, otra vez, como entonces
y escribir estos versos y llorar estas lágrimas,
ponerlas en las flores que traigo hasta tu tumba,
y decirte “te quiero” como cada momento
de la maravillosa vida que tuvimos entonces.
Y no puedo olvidarte y quisiera olvidarte
para vivir tranquilo los años que me quedan
sin que me duela el alma, sin que todo se rompa.
He pasado tres años llorando en cada instante,
estoy dolido y roto como cuando te fuiste
y quisiera tener un poco de sosiego
y esperar sin llorar el día de mi muerte
y venir junto a ti y tenderme a tu lado
y morir junto a ti y acabar para siempre
y poder olvidarte porque ya estoy contigo.
LUIS
(Este poema se colocó en un ramo de flores que se depositó en la tumba de su esposa Clara el 1º de noviembre de 2002, festividad de Todos los Santos).
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