jueves, 11 de agosto de 2011

EL VESTIDO DE SEDA

   En sus armarios dormía la tristeza,
apolillaba su traje del domingo.

   Alguna vez, al desplegar los sueños
-poco antes de salir- sobre la cama
extendía la seda del vestido.
Blanco, amarillo, verde…
Arco iris de luz sobre la colcha.

   Entonces la tristeza, la nostalgia,
un vacío sin fechas y sin nombres
dejaban en sus dedos malheridos
un rastro gris de alas de mariposa.

   Aquel vestido de deshacía en humo
como blanda ceniza que en sus manos
un leve soplo barría para siempre.

   (De "Franjas de sombra")

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