miércoles, 10 de agosto de 2011

TAL VEZ

TAL VEZ POR ESO, o porque todo cabe,
alimento ahora mismo a las alondras
que me abren las ventanas.
Dejo que vengan hacia mí los pájaros
y aniden en mi falda,
y que en mi frente
picoteen la paz y las ideas.

Nombro las cosas, las miradas nombro,
los sueños atesoro, la nostalgia,
y, aunque sé que es inútil y que nadie
puede guardar en cofres las palabras,
las anoto en tus manos, amor mío,
las escribo en tu piel,
grabo en tu cuerpo
con mis dedos de lluvia las palabras
que sustraigo a la luz y que rescato
en mis labios terrosos para el aire.

Algún día,
mientras ande en tu boca atando versos,
el hachazo de un viento ineludible
barrerá una a una mis palabras
y tu piel quedará para nombrarme.
El rastro de mi voz sobre tu cuerpo.
Para que yo recuerde y tú no olvides
el mar del otro lado
desatará la lengua para hablarme.
Para que yo no olvide y tú recuerdes.
En tus ojos marinos mis palabras
se abrirán para ti como esta tarde
en que grabo mi voz sobre tu cuerpo.

    (De "Tal vez sea la luz")

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