I
Es un gato la noche, negro sobre el tejado,
ovillado en mis pies con cansada pereza,
que bosteza en el humo del último cigarro.
Es un perro la noche. Con sus dientes de sombra
mordisquea mi piel con tenaz abandono
y relame mi frente con su lengua de sueño.
II
Cuando al cerrar mis párpados al mundo
guillotino la luz de los objetos,
poco antes de encontrar el fondo de mis ojos,
os va acercando a mí la mano de la noche.
Apago la consciencia, el último adjetivo
cierra mi voz al borde de la pluma.
Estáis aquí. Os nombro y os reúno,
como un brazo de estrellas que se posa en silencio
sobre el hombro feliz de mi memoria.
(De "Poemas a viva voz")
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